lunes, 3 de marzo de 2014

Tella, Tella, Dios me libre de ella

Este refrán tendría sentido antiguamente, cuando en Tella (1.384m)  moraban las brujas y se reunían en el Puntón de las Brujas para llevar a cabo  sus aquelarres. Haciendo de las suyas entre el ganado y los habitantes del lugar. No son pocas las leyendas que han llegado hasta nuestros días sobre ellas y si queréis conocer un poco más sobre estas mujeres que hacían ungüentos, pócimas y conjuros podéis visitar La casa de las brujas (dedicado a la magia y a la etnobotánica). 

Casa de las brujas

Para protegerse de estos seres, los habitantes de Tella recurrían a los amuletos protectores, elementos constructivos como los espantabrujas, que protegían las chimeneas para que no entraran por ellas y la religión. En este pequeño pueblo hay una iglesia (San Martín) y tres ermitas: Fajanillas, San Juan y Pablo y La Virgen de la Peña. Una de ellas (Ermita de los Santos Juan y Pablo), es la más antigua y esta erigida justo debajo del Puntón de las brujas. Podemos hacer una pequeña excursión circular de unos 45' recorriendo estas tres ermitas y disfrutando de las vistas que nos ofrece. 

Vista de Castillo Mayor, abajo el Puntón de las Bujas y San Juan y Pablo

Sin duda este es un pueblo con algo especial, en el que no solo vivían las brujas. También rondaba estas tierras el gigante Silban, que no tubo muy buen final.   
Pero Tella ya fue habitada en la Prehistoria, de aquella época nos quedan restos como el dolmen megalítico conocido como "Losa Lacampa" o "Losa de Vasar", que se encuentra antes de llegar al pueblo y es visible desde la carretera. También podemos visitar el centro interpretativo y  la Cueva del Oso Cavernario (cita previa), un entretenido recorrido por las entrañas de la montaña, que nos descubrirá al morador más antiguo y grande de los montes de Tella.

Dolmen magalítico de Tella

Explicación en la Cueva del Oso Cavernario


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