Comienzan de nuevo las visitas guiadas al Real Monasterio de San Victorian, o San Beturian.
Algunos historiadores lo datan en el S.VI, bajo el nombre de San Martín de Asán, convirtiéndose así en el monasterio más antiguo de la Península Ibérica. Etá vinculado al santo italiano Victorián, el cual fue ermitaño en la ermita de la Espelunca, situada a poca distancia del monasterio. Su creciente popularidad y veneración le llevaron a aceptar el cargo de abad del monasterio, el cual adquirirá desde entonces su nombre.
El monasterio adquirió una gran importancia e influencia en toda la zona del Pirineo Oriental aragones, llegando a convertirse, según la tradición, en panteón de los míticos reyes de Sobrarbe.
Sin embargo, documentalmente no puede confirmarse su existencia hasta el S.X. Desde la segunda mitad de ese siglo hasta el primer tercio del XI, bajo el reinado de Sancho III el Mayor, se realizaron las primeras construcciones documentadas, de las que no se han conservado restos.
En la segunda mitad de ese siglo, bajo el reinado de Sancho Ramírez, se produce un importante impulso en su construcción, coincidiendo con la política real que establece a San Beturián como garante del poder de la monarquía en un territorio alejado de los centros de poder real. Es entonces cuando se inicia y consolida eñ poder del monasterio, con la sumisión de de antiguos monasterios ribagorzanos y la adquisición de señorío sobre numerosos lugares. La mayor parte de las construcciones conservadas datan del S. XVI. En la segunda mitad de ese siglo el monasterio pierde su poder en la zona, con la creación del obispado de Barbastro y los recortes de poder a los monasterios.
En 1895 es desamortizado y sus posesiones pasan a manos privadas, así como parte del conjunto arquitectónico.
En la década de 1990 a 2000 se llevan a cabo varias campañas de restauración. Actualmente continúan las obras de acondicionamiento y la compra del inmueble por parte de la Diputación General de Aragón.
Sin embargo, documentalmente no puede confirmarse su existencia hasta el S.X. Desde la segunda mitad de ese siglo hasta el primer tercio del XI, bajo el reinado de Sancho III el Mayor, se realizaron las primeras construcciones documentadas, de las que no se han conservado restos.
En la segunda mitad de ese siglo, bajo el reinado de Sancho Ramírez, se produce un importante impulso en su construcción, coincidiendo con la política real que establece a San Beturián como garante del poder de la monarquía en un territorio alejado de los centros de poder real. Es entonces cuando se inicia y consolida eñ poder del monasterio, con la sumisión de de antiguos monasterios ribagorzanos y la adquisición de señorío sobre numerosos lugares. La mayor parte de las construcciones conservadas datan del S. XVI. En la segunda mitad de ese siglo el monasterio pierde su poder en la zona, con la creación del obispado de Barbastro y los recortes de poder a los monasterios.
En 1895 es desamortizado y sus posesiones pasan a manos privadas, así como parte del conjunto arquitectónico.
En la década de 1990 a 2000 se llevan a cabo varias campañas de restauración. Actualmente continúan las obras de acondicionamiento y la compra del inmueble por parte de la Diputación General de Aragón.
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